Dicen que moda y estilo se hereda y, en este caso, Beyoncé y su hermana menor, Solange Knowles, parecen haber sido igualmente dotadas aunque de manera diferente. Si la primera, ex–líder del grupo Destiny's Child, luce sin complejos su preferencia por los brillos y la desmesura, la segunda se dirige espontáneamente hacia un estilo más depurado. Las dos hermanas desarrollaron su temperamento artístico en el seno de una familia unida: Beyoncé con una predilección inmediata por la música y Solange por la danza. De hecho, ésta última realizó sus primeras escenas con las Destiny's Child remplazando a una de las bailarinas. Las trayectorias de las dos hermanas Knowles, aunque lejanas, han sido siempre paralelas. Tan guapa la una como la otra (Beyoncé ha sido elegido como la mujer más atractiva del mundo y Solange es una modelo reconocida con presencia tanto en desfiles como en revistas de renombre), las dos estrellas son también reinas de la moda, cada una en su propio registro. Beyoncé, icono del éxito americano por excelencia, brilla por su aire de mujer fatal y su amor por los creadores italianos. Solange se afirma dentro de la experimentación y luce orgullosa los atributos de sus orígenes africanos (peinado afro, coletas, estampados wax...). En cuanto a belleza, las hermanas Knowles son vanguardistas y saben muy bien que el aburrimiento nace un día de la uniformidad. En efecto, Beyoncé cambia de peinado como de camisa mientras que Solange, más discreta, permanece fiel a su melena afro. Sus maquillajes son igualmente diferentes: la hermana mayor apuesta por looks de belleza a su imagen y semejanza, dorados y brillantes, mientras que la pequeña prefiere las combinaciones de colores minimalistas y vivos. Dos hermanas diferentes pero complementarias.