Los Ángeles.- El padre de Beyoncé, Matthew Knowles, ha tomado acciones legales contra la promotora Live Nation, que trabaja con su hija, después de que esta le acusara de robar dinero de su hija durante su última gira mundial, cuando él aún era su representante ejecutivo.
Hace unos meses Beyonce anunció que su padre dejaría de ser su representante tras 15 años a su lado, porque ya era hora de volar por sí misma y que papá descansase. En aquel entonces todos los rumores apuntaron a que el despido tenía que ver con la noticia de un hijo ilegitimo por parte de Matthew Knowles, pero ahora parece que los motivos son meramente económicos.
Según Live Nation, "Knowles se quedó con parte del dinero que la artista había ganado durante su gira mundial y cuando Beyonce se enteró mandó que se realizase una auditoria".
Ante las acusaciones, "TMZ" ha revelado que el padre de la artista está dispuesto a demostrar su inocencia. Por el momento ha demandado a los responsables de la compañía: "Por información confidencial, después de no poder garantizar los derechos de la gira mundial de Beyonce, los agentes de Live Nation o representantes hicieron comentarios de ella, alegando que Matthew Knowles le había robado dinero en su gira más reciente".
Hasta el momento, Beyonce no se ha pronunciado al respecto aunque suponemos que pronto tendrá que prestar algún tipo de declaración posicionándose a favor de su padre o bien de su compañía de espectáculos en vivo.
Matthew Knowles estuvo al frente de la carrera de su hija desde sus inicios con Destiny's Chlid en 1997 hasta finales de 2010. El propio Matthew también ha sido criticado por la gestión de la carrera de Beyoncé.
Beyoncé promociona su trabajo de estudio "4" que entró directo al número 1 en las listas de iTunes. El disco se grabó durante más de un año, entre la primavera de 2010 y la primavera de 2011, mientras la artista permanecía alejada de la escena, dedicada a lo que ella ha definido como "cosas sencillas".
El título no sólo significa que es su cuarto álbum en solitario y el día de su nacimiento, sino también un regalo personal a sus fans. El álbum recupera las raíces soul de Beyoncé en un disco maduro y brillante destinado a convertirse en un nuevo clásico del pop.